Las bondades de poner referencias o apoyarte en frases de otros ayuda a elevar el grado de influencia en tu blog. Por ello, también desde AsComunicación, utilizamos este útil consejo SEO, y os propongo además como empresarios y trabajadores, aprender a hacer críticas según Harry Levinson, un antiguo psicoanalista que se ha pasado al campo empresarial.
Si es usted el que hace la crítica en su trabajo:
Sea concreto. Saber que uno está haciendo “algo” mal sin saber de qué se trata concretamente resulta sumamente descorazonador. Limítese a lo concreto, señalando también lo que la persona hace bien, lo que no hace tan bien y cómo podría cambiarlo. Rehúse de frases cliché en la comunicación interna de una empresa del tipo de “no está bien”, “no encaja”…
Ofrezca soluciones. Debes hacer una crítica constructiva, es decir, aportar una solución a la idea o proyecto presentado. Debe incluir sugerencias sobre la forma más adecuada de afrontar una propuesta que se puede mejorar.
Permanezca presente. Es recomendable hacer las críticas cara a cara y en privado. De otra manera se pierde la oportunidad de responder o de solicitar alguna aclaración por ambas partes.
Permanezca sensible. Esto es simplemente una llamada a la empatía, a tratar de sintonizar con el impacto que tienen sus palabras y su forma de expresión con el receptor.
Si es usted quien recibe la crítica:
No es personal. Recuerde, el trabajo forma parte de la vida de todos, y aunque se recomienda aplicar la inteligencia emocional, no se trata de discusiones entre hermanos. No se tome una crítica como un ataque personal, sino como una información sumamente valiosa para mejorar.
Tómese su tiempo. No reaccione sin pensar, puede ser útil pedir un tiempo para tranquilizarse y asimilar el mensaje antes de proseguir.
Considérelas una oportunidad. Levinson recomienda considerar las críticas como una oportunidad para trabajar junto a la persona que critica y resolver el problema en lugar de tomarlo como un enfrentamiento personal.
En fin, esta es la teoría, lo cierto es que a todos nos gusta criticar, y pensemos que a nosotros también nos critican. Por experiencia, no callar nada y el cara a cara es lo que mejor resulta. Y si después de esto, no funciona, se toma una decisión, en ocasiones dura en el momento, pero que a largo plazo será beneficiosa, porque se trabaja para vivir, no se vive para trabajar.