La explosión de las agencias de comunicación digital política, en Toledo, en Castilla-La Mancha o en Norteamérica apenas superan la década. Y aunque la primera campaña política que revolucionó el mundo por su incursión y éxito tras aliarse con las nuevas tecnologías y el gigante Google fue la de Obama en 2008 (o sea, hace siete años), existe otro caso de éxito anterior. Hace casi 20 años. Y parece que fue ayer.
Ocurrió en septiembre de 1998, el año en el que el ex presidente Clinton pronunció en el Congreso la frase que le ha perseguido desde entonces: “Nunca tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky”.
Durante un año, en EEUU sólo se habló en los medios de comunicación de sexo, Clinton y Lewinsky. Tanta saturación informativa de esta índole generó un mal estar en la sociedad estadounidense, ¿A qué se dedicaban nuestros políticos? ¿No había otro tema más importante en el Congreso y el Senado que la intimidad del presidente?
Fue entonces cuando Joan Blades y Wes Boyd, los programadores del famoso salvapantallas de tostadores voladores acompañados de tostadas (After Dark)… ¿quién no la ha tenido puesta hace años luz?, decidieron enviar, por primera vez, una petición a través de un e-mail a tan solo 100 contactos suyos de e-mail (una herramienta que hace 18 años, tampoco era lo que es hoy… imprescindible) exhortando a los ciudadanos a censurar la atención desmesurada que Washington estaba prestando a la relación entre el presidente Clinton y Mónica Lewinsky y urgían al Congreso a concentrar su atención en asuntos de mayor relevancia”… algo así se merecerían nuestros políticos de hoy en día en España, pero ese es otro asunto.
La frase que comunicaron, como cualquier estilo periodístico fue breve, sencillo y claro: “Censure and move on”. Esos 100 e-mail se convirtieron en 100.000 la primera semana, 300.000 a la cuarta y así fue el crecimiento exponencial que, sin saberlo previamente, les brindó Internet.
La pareja, sin ninguna experiencia política, abrió el camino para repensar las formas en las que desde hacía siglos se había concebido la organización política y se unía por primera vez ésta y la plataforma de Internet.
Esta acción de lo que hoy conocemos como marketing viral, y que llevan a cabo agencias de comunicación especializadas en política, no tenía la mayor complejidad técnica, se asemejaba a la forma en que desde siempre se ha hecho política: involucrándose en causas, asociándose, firmando peticiones, formulando propuestas. La diferencia era el medio elegido: Internet.
El éxito de la iniciativa movilizó al país entero de costa a costa estando presentes movimientos ciudadanos en 400 de los 435 distritos electorales en los que estaba dividido el país.
Esto que hoy en día es tan solo un hito en la historia de la comunicación, vale la pena recordarlo para repensar y actualizarnos todos, porque hoy -para mí tan solo un hecho histórico en la Historia de la comunicación política-, es nuestro día a día y nuestro modo de comunicación habitual, que cada vez está más presente y es más invasivo. O lo dominamos o nos desplazará.